E133 – Azul brillante FCF

Aditivo E133

Otros nombres del aditivo (sinónimos)

FD&C Blue, E 133, E-133, Brilliant Blue FCF

Información general

El aditivo alimentario E133 (Azul Brillante FCF) es un colorante sintético de tipo triarilmetano obtenido mediante síntesis orgánica. Las materias primas para su producción son productos de la destilación del alquitrán de hulla, que es una mezcla compleja de compuestos que contienen carbono y un subproducto de la industria del carbón.

Para producir colorante alimentario E133, se emplea un proceso complejo que incluye reacciones de sulfonación y la formación de la sal sódica del colorante. La fórmula química del producto terminado (aditivo E133) es C37H34N2Na2O9S3.

En apariencia, el aditivo E133 es un polvo de color azul rojizo, poco soluble en agua, lo que se debe a las características específicas de su estructura molecular.

Las propiedades fisicoquímicas del aditivo E133 incluyen resistencia a cambios de temperatura y pH durante el procesamiento de alimentos. Además, el Azul Brillante FCF es resistente a la exposición a la luz, lo cual es importante para preservar el color de los productos durante su almacenamiento.

Históricamente, la síntesis y uso de colorantes triarilmetano comenzaron en el siglo XIX con el desarrollo de la industria de los colorantes, y el Azul Brillante FCF se convirtió en uno de los colorantes alimentarios artificiales más utilizados. Hoy en día, en la industria alimentaria, el aditivo E133 se utiliza como colorante para dar tonos azul y verde brillantes a diversos productos. Puede mezclarse con otros colorantes azoicos (E102, E104, E110, E122, E124) para obtener los colores y tonos deseados.

Efectos sobre el organismo

Beneficios del aditivo E133

Aunque el aditivo alimentario E133 no es una sustancia biológicamente activa, existen evidencias científicas que sugieren un posible efecto terapéutico en determinadas condiciones. Un estudio en ratas de laboratorio mostró que el aditivo E133 podría favorecer la regeneración de tejidos en lesiones de la médula espinal, mejorando la recuperación de las funciones nerviosas. Sin embargo, estos hallazgos aún no han sido confirmados por ensayos clínicos en humanos y requieren más investigación.

Daños del aditivo E133

El aditivo E133 se absorbe poco en el tracto gastrointestinal humano: aproximadamente el 95% del colorante ingerido se excreta del organismo con las heces. Al interactuar con ciertos pigmentos biliares, el aditivo E133 puede dar un tono verdoso a los desechos.

En algunas personas sensibles, especialmente aquellas con asma o intolerancia a la aspirina, pueden producirse reacciones alérgicas, incluyendo dificultad para respirar y manifestaciones cutáneas.

En los últimos años, se han estudiado activamente los posibles efectos tóxicos de los colorantes sintéticos, incluido el aditivo E133.

Actualmente, no hay pruebas sólidas de carcinogenicidad, mutagenicidad o toxicidad reproductiva. Los estudios realizados por la EFSA y el JECFA confirman que, cuando se respetan los niveles de ingesta aceptables, el aditivo E133 es seguro para el consumo humano.

Superar la ingesta diaria admisible (IDA) puede aumentar los síntomas alérgicos y causar otros efectos secundarios.

En 2010, el Panel de la EFSA sobre Aditivos Alimentarios y Fuentes de Nutrientes añadidos a los Alimentos, en su opinión científica sobre la evaluación de la seguridad del Azul Brillante FCF (E133), redujo la ingesta diaria admisible a 6 mg/kg de peso corporal por día.

En 2025, la FDA anunció planes para eliminar progresivamente el uso de colorantes azoicos sintéticos (incluido el aditivo E133) en productos alimentarios para finales de 2026.

Usos

El aditivo E133 se utiliza ampliamente en la industria alimentaria como colorante que da a los productos un tono azulado o verdoso. Se emplea con mayor frecuencia en la producción de:

  • helados, gelatinas y postres de gelatina
  • refrescos
  • confitería (caramelos, chicles)
  • algunos productos lácteos
  • cereales para el desayuno y otros productos en los que se requiere un color azul estable.

Además de la industria alimentaria, el E133 se utiliza en cosméticos (cremas, champús, desodorantes, tintes para el cabello) y en productos farmacéuticos para colorear medicamentos.

Estado legal

El aditivo E133 está aprobado para su uso en muchos países del mundo. En la Unión Europea, está autorizado según el Reglamento (CE) nº 1333/2008, con una ingesta diaria admisible (IDA) fijada en 6 mg por kilogramo de peso corporal. En Ucrania, el aditivo E133 también está autorizado para su uso en la industria alimentaria de acuerdo con la legislación europea.

En Estados Unidos, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) ha aprobado el uso del colorante FD&C Blue en productos alimenticios. Al mismo tiempo, existen planes para eliminar el uso de colorantes azoicos en la industria alimentaria de EE. UU. para finales de 2026.

En Canadá, Japón y varios otros países, el aditivo E133 está incluido en la lista de colorantes alimentarios permitidos.

Sin embargo, algunos países europeos, como Bélgica, Francia, Dinamarca, Noruega y Alemania, han introducido restricciones o prohibiciones sobre el uso del aditivo E133 en productos infantiles y ciertos otros productos debido al riesgo de reacciones alérgicas y a la falta de datos suficientes sobre los efectos a largo plazo del aditivo en la salud.