
Otros nombres del aditivo (sinónimos)
Información general
El aditivo alimentario E141(ii) consiste en complejos de cobre de clorofilinas, así como sus sales de sodio y potasio. Pertenece al grupo de aditivos E141 y se utiliza en la industria alimentaria como colorante verde.
Los complejos de cobre son derivados de clorofilinas (aditivo E140(ii)), en los que el ion de magnesio se reemplaza por cobre y la estructura se convierte en sal para mejorar su solubilidad.
A diferencia del aditivo E141(i), el colorante E141(ii) es altamente soluble en agua, lo que lo hace especialmente adecuado para su uso en bebidas y productos líquidos. El aditivo es estable al calor y a la luz, y mantiene su color verde incluso en medios ácidos. E141(ii) se produce a partir de materias primas vegetales —espinaca, alfalfa, ortiga— usando etanol u otros disolventes y sales de cobre, después de lo cual los compuestos se convierten en sales de sodio o potasio.
Visualmente, el aditivo E141(ii) se presenta como un polvo verde oscuro o un concentrado pastoso, fácilmente soluble en agua gracias a la presencia de sales de sodio y potasio. La fórmula química depende del pigmento de origen y de la forma de la sal, por lo que generalmente se presenta como fórmulas estructurales generalizadas. Específicamente, las sales de sodio y potasio de los complejos de clorofilina de cobre tienen las siguientes variantes:
- C34H31CuN4Na3O6 – para la sal sódica del complejo de clorofilina a,
- C34H29CuN4Na3O7 – para la sal sódica del complejo de clorofilina b.
En la industria alimentaria, el aditivo E141(ii) se utiliza a menudo como sustituto "natural" de los colorantes verdes sintéticos.
Efectos sobre el organismo
Daños del aditivo E141(ii)
Aunque las materias primas para la producción del aditivo E141(ii) son pigmentos vegetales, su composición contiene complejos de cobre, lo que requiere un control especial. La ingesta excesiva de cobre puede alterar el metabolismo y tener efectos tóxicos, especialmente con exposición crónica.
Riesgos potenciales adicionales están asociados con la tecnología de producción: residuos de disolventes orgánicos, impurezas de pesticidas u otros metales pesados pueden permanecer después de la extracción y modificación química. A diferencia del colorante E141(i), el aditivo E141(ii) presenta mayor solubilidad y biodisponibilidad, lo que teóricamente puede intensificar tanto los efectos positivos como los negativos.
Las revisiones científicas de EFSA indican que los datos sobre el perfil toxicológico de las clorofilinas de cobre son contradictorios. En varios estudios in vitro e in vivo, mostraron propiedades antioxidantes y la capacidad de reducir el daño celular causado por especies reactivas de oxígeno. Sin embargo, existen estudios donde se observaron efectos adversos dependientes de la dosis, incluyendo la estimulación del crecimiento de células tumorales en animales de laboratorio.
Tras su revisión, el Comité de Aditivos Alimentarios de EFSA (ANS) señaló que aún no hay datos fiables sobre absorción, metabolismo, genotoxicidad, carcinogenicidad, toxicidad reproductiva y desarrollo de los complejos de clorofilina de cobre (E141(ii)). Como resultado, el nivel máximo de ingesta diaria aceptable (ADI) ha sido retirado, y la seguridad de la sustancia no puede considerarse confirmada de manera definitiva.
En la Unión Europea, el aditivo E141(ii) está autorizado bajo condiciones de "quantum satis", es decir, solo en cantidades necesarias para lograr el efecto tecnológico.
Beneficios del aditivo E141(ii)
Los complejos de clorofilina de cobre (E141(ii)) se estudian no solo por los posibles riesgos, sino también por sus posibles efectos positivos. Varios estudios científicos indican que estos compuestos pueden presentar propiedades antioxidantes, reducir el estrés oxidativo, proteger las células del daño por especies reactivas de oxígeno e incluso combatir enfermedades cancerígenas.
Además, existen datos sobre la capacidad de las clorofilinas de reducir la biodisponibilidad de toxinas, como aflatoxinas, y favorecer su eliminación del organismo. También se discute su posible efecto positivo sobre el equilibrio microbiano intestinal.
Sin embargo, tales efectos dependen de la dosis y de las condiciones de uso, por lo que los resultados aún no pueden considerarse definitivos.
Usos
Gracias a su alta solubilidad, el aditivo E141(ii) se utiliza activamente:
- en bebidas alcohólicas y no alcohólicas;
- en helados, batidos y yogures;
- en postres, gelatina y mermeladas;
- en salsas y aderezos para ensaladas;
- en productos de confitería con textura húmeda.
A diferencia del colorante E141(i), que se utiliza más frecuentemente en productos grasos, el aditivo E141(ii) es indispensable para colorear matrices líquidas.
Estado legal
El aditivo E141 y sus subgrupos están incluidos en la lista de aditivos autorizados en la Unión Europea, según el Reglamento (CE) No 1333/2008. Los parámetros de pureza y los niveles máximos de impurezas del aditivo E141(ii) se describen en el Reglamento (CE) No 231/2012.
Los complejos de clorofilina de cobre están oficialmente permitidos para su uso en la industria alimentaria en muchos países del mundo, incluyendo Reino Unido, EE. UU., Canadá, así como Ucrania y los países de la CEI.