E140(i) – Clorofilas

Aditivo E140i

Otros nombres del aditivo (sinónimos)

E 140(i), E-140(i), E 140 (i), E140i, E 140i, E-140i, E 140 i

Información general

Clorofilas (aditivo alimentario E140(i)) forman parte del grupo de aditivos E140 y son pigmentos naturales de las plantas responsables del color verde de las hojas. En la industria alimentaria se utilizan como colorante natural.

El nombre Clorofila proviene de dos palabras griegas: chloros — «verde» y phyllon — «hoja». Fue aislada por primera vez a principios del siglo XIX como pigmento vegetal verde. A principios del siglo XX se descubrió que la clorofila consiste en varios componentes, siendo los principales el «clorofila a» y «clorofila b». Posteriormente se determinó su estructura química y se realizó la síntesis artificial, lo que permitió estudiar detalladamente sus propiedades y funciones.

Las especificaciones del aditivo E140(i), descritas en el Reglamento (UE) No 231/2012, mencionan dos formas principales de clorofila: «clorofila a» con fórmula química C55H74N4O5 y «clorofila b» con fórmula C55H72N4O6, así como sus complejos de magnesio (C55H72MgN4O5 y C55H70MgN4O6 respectivamente). La principal diferencia entre estas formas radica en la estructura de los radicales laterales: la «clorofila a» tiene un grupo metilo, mientras que la «clorofila b» tiene un grupo formilo. Esta diferencia determina sus propiedades espectrales y su papel en la fotosíntesis: la «clorofila a» es el pigmento principal, mientras que la «clorofila b» cumple una función auxiliar.

La clorofila no debe confundirse con el clorofilín (aditivo E140(ii)), que es un derivado de las clorofilas y se obtiene reemplazando el magnesio por iones de sodio o potasio, o eliminándolo.

Ambas formas de clorofila son pigmentos inestables, sensibles a los ácidos, la luz y la temperatura. Por ello, su uso en la industria alimentaria es limitado. En productos con medio ácido se reemplazan por complejos de cobre de clorofilas y clorofilinas (aditivo E141), que son más resistentes al procesamiento.

En la industria, el aditivo E140(i) se obtiene mediante extracción de materia prima vegetal (hierbas, alfalfa, ortiga, espinaca, etc.). Para la extracción se pueden usar distintos disolventes: acetona, metil etil cetona, diclorometano, metanol, etanol, hexano. Tras la extracción y eliminación de los disolventes, las clorofilas se purifican. En el producto final pueden estar presentes otros pigmentos como carotenoides, así como aceites, grasas y ceras procedentes del material original.

Efectos sobre el organismo

Beneficios del aditivo E140(i)

Las clorofilas están presentes de forma natural en la dieta humana (hojas y vegetales verdes). Sin embargo, según la EFSA, cuando se consumen en alimentos se absorben poco y no se metabolizan a clorofilinas. La EFSA no ha identificado beneficios para la salud del consumo del aditivo E140(i) más allá de la dieta normal.

Al mismo tiempo, algunos estudios muestran que la clorofila y sus derivados pueden tener varias propiedades beneficiosas para el organismo. En modelos de laboratorio y animales se ha observado su potencial acción anticancerígena, relacionada con la reducción de la formación de carcinógenos y la protección celular.

También existen datos sobre la capacidad del clorofilín para disminuir la absorción de toxinas como aflatoxinas y favorecer su eliminación del organismo.

Aunque los resultados de algunos estudios son prometedores, la clorofila no es un medicamento contra el cáncer y se requieren más investigaciones clínicas para evaluar su eficacia en humanos.

Daños del aditivo E140(i)

A pesar de la naturalidad del aditivo y de los beneficios de las clorofilas confirmados en algunos estudios, el Comité de Aditivos Alimentarios y Fuentes de Nutrientes Añadidos a los Alimentos (ANS, EFSA) señaló en su opinión científica sobre el aditivo E140(i) en 2015 que los estudios toxicológicos disponibles eran limitados y no cumplían con las directrices de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ni con los requisitos regulatorios modernos, por lo que no se podía establecer un IDA.

El Comité indicó que, a los niveles de uso declarados, el aditivo E140(i) no representa un riesgo para la salud.

Asimismo, la EFSA destacó la necesidad de controlar posibles contaminantes de la materia prima (pesticidas, micotoxinas, etc.), que podrían permanecer en el producto final y constituir un riesgo para la salud humana.

JECFA y SCF revisaron anteriormente las clorofilas, pero no establecieron un IDA numérico debido a la ausencia de preocupaciones sobre su toxicidad.

Usos

El aditivo E140(i) se utiliza en la industria alimentaria para proporcionar un suave color verde natural a bebidas, salsas, productos de panadería y confitería, postres lácteos, sopas preparadas, entre otros.

Debido a la sensibilidad a la luz y al calor del aditivo, especialmente en medios ácidos, los tecnólogos limitan la dosis o prefieren usar complejos de cobre de clorofilas y clorofilinas más estables (aditivo E141).

Estado legal

Las clorofilas están autorizadas como colorante alimentario E140 en la Unión Europea según el Reglamento (UE) No 1333/2008. Los criterios de pureza y los niveles máximos de impurezas del aditivo E140(i) se describen en el Reglamento (UE) No 231/2012.

En Ucrania, el sistema nacional está armonizado con las normas de la UE: las clorofilas incluidas en el aditivo E140 se encuentran en los listados de aditivos permitidos y se aplican según los enfoques europeos de seguridad.

Además, el aditivo E140(i) está autorizado para su uso en Estados Unidos, Canadá, Japón y otros países.