Dictamen científico sobre la reevaluación de las clorofilas (E 140(i)) como aditivos alimentarios
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Las clorofilas (E 140(i)) fueron previamente evaluadas por el Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA) en 1969 y por el Comité Científico de la Alimentación (SCF) en 1975 y 1983, así como en 1996 en relación con fines médicos especiales para niños pequeños. Ninguno de estos comités estableció una Ingesta Diaria Admisible (IDA) numérica.
Las especificaciones deben actualizarse para cubrir adecuadamente las clorofilas (E 140(i)), ya que actualmente hasta un 90 % del extracto no está identificado y las clorofilas (E 140(i)) pueden obtenerse de fuentes que no pueden considerarse materiales vegetales comestibles habituales ni alimentos para humanos (hierba, alfalfa, ortiga).
Basándose en el origen de las clorofilas (E 140(i)), el Comité de Aditivos Alimentarios y Fuentes de Nutrientes añadidos a los Alimentos (ANS, EFSA) también concluyó que los datos sobre plaguicidas, micotoxinas y otros componentes con actividad biológica (p. ej., fitoestrógenos, fitotoxinas y alérgenos) deben incluirse en las especificaciones y mantenerse lo más bajos posible para evitar posibles efectos adversos (alergenicidad, efectos endocrinos).
Los pocos datos biológicos disponibles indican que las clorofilas se absorben poco en humanos y no se metabolizan a clorofilinas (la forma desfitilada de las clorofilas).
El Comité señaló que los pocos estudios toxicológicos disponibles sobre clorofilas eran limitados y no cumplían las directrices de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ni los requisitos normativos actuales, y por lo tanto no permitían establecer una IDA.
El Comité concluyó que la base de datos disponible para las clorofilas era inadecuada para una evaluación de riesgos completa.
Sin embargo, las clorofilas son componentes dietéticos naturales que están presentes en concentraciones relativamente altas en numerosos alimentos. Además, la exposición resultante del uso de clorofilas (E 140(i)) como aditivos alimentarios es inferior a la exposición a las clorofilas procedentes de la dieta habitual.
Por lo tanto, el Comité concluyó que, a los niveles de uso notificados, las clorofilas (E 140(i)) no plantean problemas de seguridad en lo que respecta a su uso actual como aditivos alimentarios.