E162 – Rojo de remolacha, betanina

Aditivo E162

Otros nombres del aditivo (sinónimos)

E-162, E 162, Rojo de remolacha, betanina

Información general

El aditivo alimentario E162 (betanina), más conocido como “rojo de remolacha”, se utiliza ampliamente en la industria alimentaria como colorante natural.

El aditivo E162 se obtiene de las raíces de la remolacha roja de mesa, con mayor frecuencia de su jugo, que se somete a extracción con agua y luego a prensado. Este proceso permite obtener pigmentos concentrados, de los cuales alrededor del 95% son compuestos de betanina.

La historia del uso de la remolacha como fuente de sustancia colorante tiene varios siglos, pero la extracción y estandarización de la betanina como aditivo alimentario solo fue posible en el siglo XX con el desarrollo de tecnologías de extracción y estabilización de pigmentos naturales. El aditivo E162 tiene un origen exclusivamente natural (vegetal) y no posee análogos sintéticos, aunque en condiciones de laboratorio son posibles métodos de purificación y modificación.

La fórmula química de la betanina es C24H27N2O13. Por su naturaleza, es un compuesto que contiene nitrógeno del grupo de las betalaínas de la clase de las betaninas. La coloración proporcionada por el aditivo E162 depende de la acidez del medio: en condiciones ácidas la betanina adquiere un color rojo intenso, en condiciones neutras puede tornarse púrpura, y con un aumento del pH aparece un tono azul-violeta.

El colorante “Rojo de remolacha” se produce en forma de polvo, pasta o solución concentrada. Al mezclarse con agua, el aditivo E162 prácticamente restaura el aspecto natural del jugo de remolacha. El colorante no tiene sabor, mientras que su olor conserva una ligera nota de remolacha. La consistencia y el color del aditivo lo hacen conveniente para su uso en la industria alimentaria. Al mismo tiempo, el colorante E162 es sensible a la luz y al calor y se degrada bajo su influencia. Por esta razón, la betanina se utiliza con mayor frecuencia en productos congelados, mezclas secas y productos con vida útil limitada.

Efectos sobre el organismo

Beneficios del aditivo E162

La betanina es un componente natural de la dieta humana, ya que se encuentra en muchas variedades de remolacha y, por lo tanto, ingresa regularmente al organismo junto con los alimentos. Al igual que otros antioxidantes naturales, puede neutralizar los radicales libres, protegiendo las células del estrés oxidativo.

Varios estudios confirman que la betanina puede tener un efecto anticancerígeno, ayudar a prevenir tumores malignos y reducir el riesgo de infartos. También se considera que tiene un efecto beneficioso sobre el sistema circulatorio, fortaleciendo los capilares, estabilizando la presión arterial y aliviando los espasmos vasculares. Existen datos que indican que este compuesto participa en procesos metabólicos del hígado, contribuyendo a la síntesis de colina, importante para el funcionamiento celular.

Daños del aditivo E162

Aunque la betanina en sí misma es un pigmento natural, la materia prima utilizada para su producción —la remolacha— puede contener cantidades significativas de nitratos. En determinadas condiciones, los nitratos y nitritos pueden causar metahemoglobinemia, especialmente en lactantes. En la literatura se describen casos en los que purés vegetales o jugos de remolacha, así como su almacenamiento inadecuado, provocaron un mayor riesgo de esta condición en niños. Por lo tanto, el peligro potencial en la alimentación infantil no está tanto relacionado con la betanina en sí, sino con las impurezas acompañantes.

Además, durante la extracción y el secado, si el control tecnológico es insuficiente, el aditivo E162 puede contaminarse con residuos de pesticidas, desinfectantes o subproductos. Tales impurezas pueden influir en el perfil toxicológico del colorante, lo que confirma la necesidad de normas estrictas y control de calidad en la producción del aditivo.

Según la evaluación de la EFSA, la base de datos toxicológicos sobre el colorante de remolacha sigue siendo insuficiente. Los estudios de toxicidad aguda y a corto plazo son demasiado limitados para sacar conclusiones fiables. El potencial genotóxico de la betanina no pudo evaluarse debido a la falta de datos. Los estudios a largo plazo sobre toxicidad crónica, carcinogenicidad y efectos sobre la función reproductiva prácticamente no existen.

Por lo tanto, el comité de la EFSA concluyó que no es posible establecer una ingesta diaria admisible (ADI) para el aditivo E162.

Sin embargo, los expertos subrayaron que las sustancias colorantes de la remolacha son componentes dietéticos naturales con una larga historia de consumo, y el nivel de exposición a la betanina a partir del uso del aditivo E162 es comparable a su ingesta a partir de la dieta habitual. En estas condiciones, el aditivo no genera preocupaciones graves para la salud.

Usos

En la industria alimentaria, el aditivo E162 se valora por su color intenso y su seguridad. Se utiliza en la producción de productos cárnicos, embutidos, patés, productos lácteos, yogures, helados, bebidas, gelatinas, mermeladas, productos de confitería y chicles.

El colorante E162 también se emplea en cereales de desayuno, salsas, sopas instantáneas, así como en verduras y frutas encurtidas o extrusionadas.

Gracias a su origen natural y a la ausencia de alergenicidad, la betanina también ha encontrado aplicaciones fuera del sector alimentario. Se utiliza activamente en la industria cosmética para la producción de productos decorativos y tintes capilares.

Estado legal

El aditivo E162 está autorizado para su uso en productos alimentarios en la Unión Europea, Ucrania, países de la CEI, Estados Unidos, Canadá, Japón y la mayoría de los demás países. En la UE, su estatus está regulado por el Reglamento (CE) nº 1333/2008, donde figura entre los colorantes alimentarios autorizados.

La EFSA confirmó que, a los niveles actuales de uso, el colorante de remolacha no plantea problemas de seguridad, a pesar de la ausencia de una ADI establecida.