Las antocianinas combaten el cáncer

Investigaciones realizadas por científicos en la Universidad de estudio de cáncer en Ohio (EE. UU.) mostraron que el consumo diario de una taza de frambuesa negra (Black Raspberry) o arándanos puede proteger a las personas contra el cáncer de esófago y colon. Estos resultados se asocian con el alto contenido de antioxidantes potentes en las bayas — antocianinas, conocidas en la industria alimentaria como el aditivo E163.

Los resultados del estudio fueron publicados en 2007 en la prestigiosa revista médica PubMed Central y en el sitio web de la Universidad de Ohio. Los trabajos fueron financiados mediante subvenciones del Instituto Nacional del Cáncer y del Departamento de Agricultura del Estado de Ohio.

El estudio se realizó en dos grupos de ratas. A las ratas de cada grupo se les administró el carcinógeno químico NMBA, que induce cáncer de esófago. NMBA pertenece al grupo de compuestos químicos llamados nitrosaminas — sustancias que promueven el desarrollo del cáncer. Las nitrosaminas también se encuentran en tocino frito, embutidos, productos de tabaco y cerveza.

Las ratas se dividieron en subgrupos según la dosis de frambuesa negra consumida y la simultaneidad con el carcinógeno. En las ratas que recibieron 5 y 10 por ciento de frambuesa negra del total de alimentos, el número de tumores fue un 39 y 49 por ciento menor, respectivamente, que en los animales que no consumieron frambuesa negra. Además, las bayas inhibieron el desarrollo de tumores. En la semana 25 del estudio, las ratas que recibieron dosis del 5 y 10 por ciento mostraron una reducción de tumores del 62 y 43 por ciento, respectivamente. Para la semana 35, en las ratas con dieta del 5 por ciento, la cantidad de tumores se redujo en un 66,5% en comparación con los animales que no consumieron bayas. Al principio, el consumo diario de bayas al nivel del 10 por ciento de la ingesta diaria fue más efectivo, pero con el tiempo quedó claro que la dieta del 5 por ciento proporciona mejores resultados. Este aparente paradoja lo explica el profesor Stoner: «Hay ciertos compuestos en las bayas y otras frutas y verduras que, en dosis muy altas, pueden favorecer el proceso cancerígeno. Esto, por supuesto, no significa que uno deba dejar de comer frutas y verduras, pero tampoco hay que exagerar».

En el estudio actual, Stoner y sus colegas atribuyen el mérito a la acción combinada del ácido elágico y las antocianinas. Estas sustancias se encuentran abundantemente en la frambuesa negra. Los científicos saben que algunos alimentos contienen compuestos que pueden proteger contra ciertos tipos de cáncer. Estudios previos demostraron que los tomates ayudan a prevenir el cáncer de próstata, y el consumo de té reduce el riesgo de cáncer de esófago. Sin embargo, el mecanismo de acción de los micronutrientes aún no se conoce completamente.

Investigaciones posteriores en humanos también mostraron la eficacia de la frambuesa negra en la lucha contra el cáncer. En promedio, la ingesta de polvo de bayas secas reduce la tasa de formación de tumores en un 50%.

Los científicos continúan estudiando el impacto de los alimentos en la formación de tumores cancerígenos.

Anteriormente también se informó que las antocianinas son efectivas en el tratamiento de enfermedades crónicas.